Capítulo 134 No quiero la casa
—¿Caridad? —Samuel casi escupió aquella palabra, y lanzó una carcajada desagradable—. ¿Crees que hago esto por caridad? Sólo me siento mal por mi hijo —añadió él, y, aunque aún no había terminado de hablar, Susana comprendió lo que aquellas palabras querían decir: pensaba que el pequeño sufría al vivir en ese horrible y diminuto apartamento.
Susana se enfadó al escucharle y le lanzó una mirada que congelaría el fuego.
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