Capítulo 111 Consolando a Colin
—Cariño, ¿dónde estás? —preguntó Susana con voz temblorosa en cuanto entró al apartamento. Susana sentía cada sollozo del pequeño como una bofetada.
Colin abrió la puerta de su cuarto y se quedó parado en el umbral de la puerta. Con los pies descalzos y el móvil aún en la mano, el niño era la viva imagen de la desolación.
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