Susana estaba algo aturdida. Miró a Lisandra y vio que parecía a punto de empezar a llorar.
Ella no tenía interés en jugar juegos mezquinos con una chica joven. Lisandra era muy sincera en que le gustaba Samuel, y también había expresado su disgusto muy claro. Sólo había dicho unas cuantas cosas desagradables así que a Susana realmente no le importó.
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