Capítulo 27 Ojos de Panda
A las 7:30am del día siguiente, Susana sacó el desayuno de la cocina y descubrió que el comedor estaba vacío. El Pequeño Colin, que por lo general estaba despierto y aseado a esa hora, aún no se había levantado de la cama. Susana se quitó el delantal y fue hasta la puerta del cuarto del niño.
—Cariño, ¿estás levantado? —preguntó Susana. Como de la habitación sólo llegó silencio, agarró el pomo de la puerta—. Cariño, Mamá va a entrar.
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