Capítulo 38 Petición aceptada
El Pequeño Colin leyó el contenido del correo electrónico y no pudo evitar esbozar una gran sonrisa, que desveló sus dos pequeños incisivos. Lo sabía, su plan al fin había funcionado. Sus dedos bailaron sobre el teclado.
«Quiero reunirme con Samuel cara a cara el sábado a las 11am en la cafetería del Edificio Homero, en la planta baja. Le dejaré destruir el archivo que tengo en mi poder si acude a la cita» respondió el Pequeño Colin. Al pulsar la tecla «enter», el correo se envió con éxito.
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