Capítulo 149 Rescatados al fin

Susana no sabía cuánto tiempo había pasado desde que comenzó la persecución: podrían haber transcurrido sólo diez minutos, o tal vez media hora. Cuando el trazado de la carretera comenzó a tornarse irregular y se adentraron en un camino sin pavimentar, al fin escucharon las sirenas de policía acercándose. Esteban, que también había escuchado el sonido de las sirenas, se sintió acorralado y aceleró aún más. A Samuel se le subió el corazón a la garganta cuando vio que el Volkswagen negro se hacía cada vez más grande en el espejo lateral; miró al frente, y vio con terror que un camión de mercancías de color negro se dirigía hacia ellos en dirección contraria, mientras que un camión cisterna, que transportaba material altamente inflamable, les estaba flanqueando. Samuel, al observar una verja al lado de la carretera, apretó los dientes y decidió ir a por todas, así que pisó a fondo el acelerador. —¡Agárrate fuerte! —le gritó a Susana.