Capítulo 81 Pequeñas flores rojas
Después de verse obligada a salir con Esteban durante los días siguientes, y de recibir llamadas incesantes de Miriam donde la presionaba por todos los medios posibles para que volviera a casarse con su exmarido, cuanto quedaba de buen humor en Susana terminó por agotarse. Sin embargo, ella era la madre del Pequeño Colin; no podía mostrar ningún gesto de disgusto o impaciencia ante él. Aun así, el niño percibía con claridad que su madre había estado de mal humor durante los últimos días, por lo que se esforzó en comportarse de manera particularmente agradable y obediente.
Él nunca había mostrado interés en competir por esas pequeñas flores rojas, que además le parecían muy feas, con sus compañeros de clase. Pero al ver que su madre era infeliz, el Pequeño Colin pensó en la alegría que ella sentiría al recibir como obsequio un ramo de esas flores, por lo que decidió poner empeño en conseguirlas.
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