Capítulo 125 Bienes comunes de la pareja
Enrique estaba furioso, pero ¿qué otra cosa podía hacer sino soportarlo? Extendió las manos y dijo:
—¡Está bien, no quiero discutir contigo! Quieres irritarme y vendiste la casa. Me quedé sin palabras. Ni siquiera hablaste de algo tan importante conmigo. ¿No te preocupa que la gente se aproveche de ti? Además, ¿compraste una villa? Dame la llave.
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