Capítulo 1007 Las supersticiones matan
El hechicero puso algunas hierbas en el barril y pegó algunos talismanes a su alrededor. Dos magos levantaron el barril y lo metieron en la olla de hierro. El fuego era cada vez más fuerte, y el agua empezó a hervir. Cada uno de ellos sostenía una espada hecha de monedas, y bailaban para invocar a las divinidades, y no paraban de murmurar. Zacarías sentía mucho calor, y le estaban entrando náuseas.
—Esto está muy caliente. Dejadme salir. Que alguien me salve, por favor.
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