Capítulo 360 Puedo volar
Las manos de la enfermera temblaban mientras administraba las inyecciones, al mismo tiempo que intentaba contener la risa. Ana se cubrió los brazos entre lágrimas. ¡El dolor era insoportable!
«¿Por qué duelen tanto las inyecciones? ¡Duele incluso más que las anteriores!».
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