Capítulo 975 ¿Por qué los fantasmas estaban a cargo?

Elena sentía una oleada de envidia cada vez que sus ojos caían sobre la Familia Castellanos, que, a pesar de todo, seguía de pie, poderosa y próspera. La imagen de la familia unida, disfrutando de una vida de lujo y estabilidad, era un recordatorio doloroso para ella de lo que había perdido. Desde que la Familia Castellanos dejó de apoyarla económicamente, su vida había caído en picada. Se había convertido en una anciana destartalada, sin recursos ni esperanza. La vida se le antojaba cruel y despiadada. Hace poco, Elena había visto en las noticias una foto de Beatriz en una gala, rodeada de lujos, mientras ella apenas podía pagar el alquiler de su apartamento en ruinas. El contraste era abismal, y su resentimiento creció aún más. Se sentía abandonada y olvidada. La vida que alguna vez fue suya se le escapaba entre los dedos.