Capítulo 859 ¡¿Han pasado tres meses?!
Liliana sostuvo la botella de jade y comenzó a verter el agua de manantial espiritual en la boca de Pablo. Con los ojos aún abiertos, Pablo permanecía en un estado de entumecimiento, desprovisto de conciencia de sí mismo. De forma casual, la mitad del agua de manantial espiritual salpicó su rostro, fluyendo hacia sus ojos y fosas nasales.
De forma inconsciente, Pablo levantó su hacha y la blandió por el aire. Liliana se apresuró a darle unas palmaditas en el pecho, tratando de calmarlo.
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