Capítulo 538 Hay tantos fantasmas
Tras tirar impulsivamente la bola de cristal, Lila se arrepintió de inmediato de su decisión. Su madre fantasma le ordenó que enterrara la bola de cristal en un lugar oculto, donde nadie pudiera encontrarla. El espíritu maligno atrapado en la bola ayudaría a Antonio a recuperar su sabiduría espiritual perdida.
Todos los miembros de la Familia Castellanos colmaron de afecto a Liliana, que había logrado cautivar el corazón de Antonio y ganarse su favor. Sin embargo, ahora Lila había tirado descuidadamente la bola de cristal, lo que le produjo una sensación de inquietud. Quería recuperarla con desesperación y corrió hacia la multitud.
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