Capítulo 841 Algunas personas nacieron afortunadas
Albaro permaneció en silencio, con la mirada fija en la botella de agua mineral que Josué tenía en la mano. Observó cómo Josué se bebía la mitad de la botella y la tiraba con descuidado en su mochila escolar. Al principio, Albaro tenía la intención de esperar a que Darío y Josué se fueran para poder recuperar las botellas vacías. Después de todo, todavía quedarían algunas gotas de agua adentro.
Sin embargo, su plan se frustró de forma inesperada. De forma inconsciente, Albaro apretó los puños, dividido entre la vergüenza de esperar para recoger la botella vacía y el hecho de que había hecho todo lo posible para obtener el agua fría del estanque, menos pura.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread