Capítulo 429 Le dije que lo odiaba
Nos miramos mutuamente. No se apartó. No podía correrlo de la habitación. Pude verme reflejada en sus pupilas, con la espalda rígida como una tabla. Me veía como una idiota. Me sentía genial, invencible, lista para apoderarme del mundo, pero sabía que Roberto tenía otra impresión. A su modo de ver, yo seguía siendo una mujer inútil.
Estaba atrapada con él en la misma habitación, era horrible. Traté de tirar de la puerta y abrirla, pero me tomó de la muñeca y me atrajo hacia sí. No pensé que me abrazaría. Había colmado su paciencia. Ya se habría cansado de mí. Me sostuvo con tanta fuerza que apenas podía respirar. Su cálido aliento me rozó el oído.
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