—¿Qué haces? —me preguntó. Era típico de él hacerme preguntas que no quería responder.
—¿Qué crees? —le respondí. Él abrió la puerta justo cuando terminé de contestarle. Se quedo en la puerta mientras yo estaba dentro, semidesnuda y con una manga colgando de mi hombro. Me veía como una idiota.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread