Capítulo 44 Una explosión de feromonas femeninas
Creí que algunas personas jamás cambiaban. Andrés Gallardo era una de ellas. Con frecuencia había descansado en sus brazos cuando era una niña. Mis sentimientos por él habían sido puros, sin una sola noción romántica que me pasara por la cabeza. Después, me había dado cuenta de que lo había amado como una chica ama a un chico. Para entonces, él ya se había mudado a Inglaterra. Le había profesado mi amor en secreto a través de una carta, pero para entonces tal vez ya se había mudado a los Estados Unidos. Tal vez no la había recibido.
Sus abrazos no habían cambiado. Todavía eran tan cálidos y reconfortantes como antes. Me abrazó también, estrechamente, al tiempo que yo escondía el rostro en su chaqueta. Antes le gustaba usar camisas de mezclilla. El calmante aroma de detergente de lavandería siempre había estado ahí. Me gustaba el tacto áspero de sus camisas. Se sentían ordinarias, como la vida misma. La inquietud y la frustración que había estado sintiendo los últimos días se evaporaron de manera instantánea cuando me hundí en el abrazo de Andrés.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread