Abril y Sebastián se fueron a la junta. Todos los que tenían puestos importantes en su empresa parecían estar más ocupados que yo cuando fui la directora. Mi presencia era una distracción para Abril. Se preocupaba constantemente de que yo me aburriera y me miraba de cuando en cuando y decía:
―Hay un Nintendo en el cajón. Puedes jugar si estás aburrida.
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