Capítulo 133 La casa en que vivió mi madre
Llamé a la señora Rosa para avisarle que no llegaría a cenar. Era el equivalente a informar a Roberto que me tomaba la noche libre. En realidad no le importaba si llegaba a la casa, porque rara vez cenaba en ella. Mi suegra tenía un horario apretado, aunque no trabajara para Empresas Lafuente. Ocupaba su tiempo con trabajo de caridad en la Cruz Roja y casi nunca cenaba en casa. A veces la abuela comía sus platillos vegetarianos en el templo de la propiedad; rara vez comía en el comedor, así que bastaba con informarle a la señora Rosa.
Había puesto mucho esfuerzo en disuadir a Abril de venir conmigo. Creía fervientemente que Silvia no era el tipo de persona que ella afirmaba que era, y en cuanto a Laura y mi madrastra, sabía que yo les caía muy mal, pero era una mujer adulta, ¿qué podían hacerme? No podían envenenarme y tirarme en alguna zanja, ¿o sí?, no obtendrían nada de lo que mi padre me había legado, aunque me mataran, pues con toda certeza, Roberto heredaría todo.
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