Capítulo 126 Roberto, ¿todavía estás allí?
El chófer no llegó para el final de la fiesta. Yo estaba completamente ebria y estaba perdiendo partes de mi memoria, no hubiera sido capaz de reconstruir lo que había sucedido durante la fiesta, aunque me esforzara. La fiesta se celebraba en un lugar alejado de la ciudad, sin coche tendríamos que caminar una larga distancia antes de llegar a ella. Recuerdo haber caminado por la carretera vacía hacia la ciudad con Roberto, seguía vomitando mientras caminaba, era como un aspersor móvil. Mi cabeza empezó a despejarse después de haberme vaciado el estómago por tanto vomitar.
Últimamente, el ritmo con el que me embriagaba iba en aumento, cada vez me comportaba menos como yo misma. Cuando por fin conseguí recuperar algo de claridad en mi cabeza, me tambaleé sobre mis pies, era como pasear en un coche muy pequeño que conducía muy despacio o como dar un viaje en un carrito tirado por un toro. Eso no estaba bien, no estaba en un coche, iba tendida en la espalda de alguien, el cual me cargaba mientras avanzaba con dificultad. Me sujeté de las orejas que estaban delante de mí y eché un vistazo a la cara de la persona, nuestras miradas se encontraron después de que consiguiera inclinar su rostro hacia el mío a la fuerza, Roberto era el que me estaba cargando.
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