Capítulo 16 No lo vales
—He aprendido la lección, señor Nicodemus. Por favor, perdóneme.
La etnia de Rosalinda la hacía inherentemente mucho más curvilínea que la mayoría de los custianos, por lo tanto, cuando se arrodilló junto a las piernas de Kevin, se hicieron muy evidente las curvas de sus caderas.
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