Capítulo 191 Doble desgracia
Todos eran investigadores admirables de la industria médica, pero gritaban para que Kevin fuera su maestro. Al ver la escena que tenía delante, Alan se quedó pasmado. Cuando recordó que antes quería tener a Kevin como discípulo, comenzó a sudar porque resultaba que ese joven era el verdadero maestro. Por otra parte, Alicia y Cecilia separaron sus labios de color escarlata con asombro; nunca habían pensado que el muchacho tuviera unas habilidades médicas tan magníficas que pudieran resucitar a los muertos. Entonces, su hermana recordó de repente que había visto a Kevin en el estacionamiento esa mañana y le preguntó por qué llevaba un cubrebocas a lo que él respondió:
—Me temo que esos maniáticos me podrían fastidiar.
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