Capítulo 36 Contrato injusto
Al quedarse sola frente a todos, René no pudo evitar temblar. En ese momento, ni siquiera uno de ellos se puso de su lado o habló por ella. Incluso su padre adoptivo, Elio, se limitó a mirarla con apatía. Con ayuda de dos miembros más jóvenes de la familia Vinstor, Enrique se sentó en la silla de René.
—El contrato de transferencia de acciones ya está listo —dijo el hombre con arrogancia—. Si no hay ningún otro problema, puedes firmarlo ahora.
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