Capítulo 236 Manos temblorosas
Al escucharlo, Serafín agachó la cabeza, y, para su sorpresa, la aguja sobresalía del punto de acupuntura situado en el centro de su palma. Aunque dos tercios de la aguja estaban dentro de él, no se veía ni una gota de sangre. De hecho, tampoco sentía dolor.
—¿Qué demonios es esto? —Se quedó mirando la mano al darse cuenta de que la aguja continuaba moviéndose. Al ver eso, se sintió incómodo, así que la arrancó y tiró al suelo—. ¡Irrespetuoso! ¿Cuándo me clavaste esto? —gritó.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread