Capítulo 190 Quiero que sea mi maestro
Matías estaba atónito porque nunca pensó que Kevin fuera capaz de curar la enfermedad de Joselo. Sin embargo, a nadie le importaba su opinión porque sus ojos estaban fijos en el paciente.
—¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! El hombre realmente se puso de pie.
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