Victoria pensó que le había escuchado mal. Podía pasar por alto su primera petición, pero se preguntaba cuáles eran sus intenciones cuando pronunció la segunda.
—¿Dormir en mi habitación? ¿Sabes lo que estás diciendo? —Victoria lo miró sin habla—. ¿Crees que nuestra relación ha vuelto a ser lo que era sólo porque firmé ese acuerdo?
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