En el hospital, Sabrina se encargó del registro y del pago mientras Victoria se sentaba en una esquina; parecía molesta. Cuando finalizó todos los trámites se acercó a ella para ver cómo se encontraba, pero se desconcertó al verle la expresión.
—¿Estás bien? ¿Por qué luces enferma en lugar de embarazada? —preguntó y le tocó la frente.
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