Aunque Victoria en un inicio quería regañar a Alejandro, de alguna manera se calmó cuando él se ofreció a traer a los niños. Tan pronto como él se fue, ella volvió a la habitación y ordenó su ropa.
Diez minutos después, Alejandro llegó con los niños. Cuando éstos vieron a Victoria, de inmediato corrieron hacia ella y le dieron un abrazo íntimo, como si no la hubieran visto durante mucho tiempo.
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