Después de hablar, Alejandro se repitió a su mismo: «No dejaré que nadie te vuelva a lastimar». Para su sorpresa, Victoria solo sonrió de forma sutil en respuesta.
—Está bien. Después de todo, también buscabas a alguien más. Si hubiera estado en tus zapatos, habría hecho lo mismo. Es pura necesidad.
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