Capítulo 63 Una extraña
En un instante, Victoria sintió que se le aceleró el corazón y miró a Alejandro porque no sabía cómo responder a la pregunta de Griselda. A fin de cuentas, llegaban a ver bien a Claudia desde el asiento trasero y él también la había visto, puesto que estaba detrás del volante. Además, era la mujer que él amaba, así que era lógico que notara su presencia. A continuación, el hombre bajó la velocidad del auto y se detuvo en la entrada de la casa. Cuando estacionó, Claudia tomó su bolso, se acercó al asiento del acompañante y golpeó la ventanilla, la cual se bajó y ella esbozó una pequeña sonrisa.
—Regresaste, Ale. ¿Cómo está la abuela? Lo siento. Sé que me dijiste que no me preocupara por ella, pero igual quise venir a ver —dijo y miró de manera casual el asiento trasero. Puesto que no vio a Victoria en el asiento del acompañante, sabía que estaría en el asiento trasero.
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