«¿Se desmayó justo después de besarme?». Aún quedaba un persistente calor en sus labios un poco hinchados, pero Alejandro, que la había estado besando con pasión, yacía inconsciente en el sofá. Victoria entrecerró los ojos mientras observaba su atractivo rostro. No podía creer que se desplomara justo después de que ella le diera un suave empujón.
Victoria le tendió la mano y le acarició con suavidad la mejilla.
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