Incluso desde lejos, Victoria vio algunas siluetas familiares frente a la entrada. Cuando se acercó, reconoció quiénes eran. Waldo, Norberto y... Claudia. Ver a Claudia le recordó su encuentro en la subasta. Desde entonces, nunca la había visto cerca de Alejandro, hasta ahora.
«Mis hijos todavía están en la casa, y ella está aquí ahora...».
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