Capítulo 427 Sufrirás como yo sufrí
Regresé a la casa de mi madre. Alguien había tapiado las ventanas. Los papeles que había firmado no eran para transferirme la propiedad de la casa. No me pertenecía: había sido de mi madrastra y ahora y era de Silvia. Ya no tenía derecho de vivir ahí. Silvia era despiadada, me estaba quitando la casa de mi madre. Permanecí de pie, atontada enfrente de la propiedad.
—Puedes quedarte en mi casa —dijo Andrés. No me preocupé por eso, podía ir a un hotel o mudarme a casa de Abril. No quedaría en la calle. Le di la espalda a la casa y vi un camión que venía hacia nosotros. Se detuvo enfrente. Varios hombres bajaron con herramientas y mazos en las manos. Corrí para interponerme, gritando:
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