Capítulo 394 Gracias a Dios
Tenía que llegar a ella. No importaba lo peligroso que pudiera ser. No podía verla caer y morir. No hubo tiempo para pensar. No me importaba si las tres caíamos del edificio. No podía quedarme aquí sin hacer nada. Una fuerza repentina me invadió. Me liberé del agarre de Silvia y me apresuré hacia ellas.
Aurelia tenía toda su atención en Abril. No me vio. Me acerqué a ellas con prontitud, me acerqué por el barandal y envolví mis brazos alrededor de Abril con fuerza. Luego, tiré hacia mí. Escuché un coro de exhalaciones detrás de mí. Mi visión se volvió borrosa. Alguien empezó a correr hacia nosotros. No pude distinguir quiénes eran, si eran bomberos o policías.
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