Capítulo 387 Ella quiere matarme

Sus reproches me dejaron abrumada con mucha facilidad. Las palabras de Silvia me atacaban sin cesar. Sus palabras acusatorias parecían sacadas de una de las novelas de Rosalinda Suárez, mi mente estaba completamente en blanco. Miraba a Silvia con impotencia, llevaba el pelo suelto y despeinado. Ella había sido la Helena de Troya de nuestra ciudad, la más bella de la sociedad de Ciudad Buenavista, pero ahora parecía una persona completamente diferente. ¿Yo le había hecho esto a Silvia? ¿La había arruinado? La había asesinado y una loca se había levantado de las cenizas de la difunta Silvia. Pero yo no había hecho ninguna de esas cosas de las que ella me acusó. —Silvia, deberías calmarte, este no es el final para ti. La muerte de tu madre fue un accidente, pero las cosas van a mejorar.