Capítulo 310 Juro que le romperé las piernas
La abuela volvió a golpear a alguien. Tuve el presentimiento de que sería Roberto.
—Abue, ya basta —aspiré y luché por articular las palabras. Abrí los ojos. La habitación estaba llena de gente. Vi a los doctores, a la abuela, a mis suegros, a Roberto y a Abril.
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