No había nadie en el cuarto. Podía oír sonidos de agua salpicando de su baño. Se estaba duchando. Roberto bañándose era algo peligroso. Me senté en el sofá de la sala de estar y esperé a que terminara.
Se estaba tomando mucho tiempo con su ducha. Me preguntaba si su piel empezaba a despegarse con toda esa limpieza.
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