Capítulo 60 La alarma

A medida que ambos se sumergían en el sueño, Heros se permitió recordar cómo había sido su vida antes de conocerla, de cómo ella había cambiado cada aspecto de su personalidad y su propio cuerpo, moldeándolo hasta convertirlo en alguien digno de estar a su lado. Ahora, él era mucho más fuerte y seguro de sí mismo, y no solo porque ella se lo hubiera pedido, sino porque él deseaba estar a la altura de la magnitud de su presencia. Hestia, aunque no lo expresara, también sintió un dejo de satisfacción al verlo así, fortalecido y confiado, sabiendo que era ella quien había impulsado esa transformación. Su sonrisa tensa se relajó ligeramente, y aunque sus labios no se separaron, en su interior experimentaba algo cercano a la satisfacción y llenura, como cuando él la asaltaba en su intimidad con su duro, largo y duro talento que le expandía su carne.