Capítulo 98 Un mismo pecado
Heros se había devuelto, sin pensarlo dos veces. Pasó por al lado de Hestia y la observó. Arrugó el entrecejo; parecía perdida en sus pensamientos, porque ni siquiera se había dado cuenta de su presencia. Abrió la sombrilla, puesta que la lluvia había aumentado de manera rápida. Luego, ella alzó la cara, y segundos después, como saliendo del estado de trance, levantó la vista al cielo. ¿Qué haces? Quiso preguntarle, pero no lo hizo, porque debía estar reflexionando un asunto muy importante, si había llegado a abstraerse de esa forma. Segundos después, su mirada se cruzó con la de la divinidad. Aun estando enojado y discutido con Hestia; había un propósito que era superior a todo eso, y era, su enorme deseo de cuidarla y de que no le pasara nada malo. No importaba que fuera una mujer despiadada que le gustaba hacer sufrir y humillar a los demás; hasta habiéndolo insultado, no concebía la idea de lastimar a Hestia, ni con el pétalo de una rosa. Había expresado que no le deseaba el mal, ni quería dañar a nadie. Pero había una excepción a esa norma; si fuera una represalia contra ella; en ese caso, no dudaría en marcharse las manos con sangre. Incluso, siendo conocedor de esa terrible maldad y de esa perversidad que ella poseía y aunque fuera culpable. En la iglesia, había visto como había formado el caos y herido a Lacey. Mas, su único deseo al atestiguarla haciendo tal cosa era solo uno, protegerla y custodiarla, como el guardián a su reina, como el héroe a su diosa.
Ninguno dijo nada. Nadie emitió ni una sola palabra. Nada más se oían el homogéneo sonido de la lluvia, que parecía como un televisor sin sintonizar ningún canal.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread