Capítulo 63 El inicio

Las paredes altas estaban cubiertas de terciopelo negro, decoradas con candelabros de hierro forjado cuyas velas parpadeaban y emitían sombras danzantes que creaban formas distorsionadas. El techo del salón estaba cubierto por una roja de luces bajas que imitaban un cielo oscuro y sin luna, mientras que las esquinas de la sala estaban veladas en penumbra, como si las mismas sombras hubieran invadido cada rincón. Además, en diferentes partes había varios objetos de sumisión, incluso había una plataforma circular que tenía en el centro una gran barra vertical adherida al techo. Sobre cada mesa se encontró una espada plateada, veinticinco en total, reluciendo bajo la tenue iluminación. Las armas estaban dispuestas con una exactitud implacable, como si el más mínimo desorden pudiera romper la armonía macabra del lugar. A su alrededor, telarañas artificiales cubrían varios objetos de la sala, y figuras esqueléticas emergían de las esquinas, como testigos silenciosos de lo que estaba a punto de suceder. La atmósfera estaba cargada de una teatralidad lúgubre que estimulaba el sentido de intriga y misterio.