Capítulo 153 La añoranza

Hestia y Heros se limpiaron en el baño interno con la misma meticulosidad con la que manejaban sus asuntos en la empresa. El agua tibia recorrió sus cuerpos mientras se aseguraban de eliminar cualquier rastro de su momento íntimo, sin prisa, sin palabras innecesarias. Heros fue el primero en salir y, después de vestirse, tomó una toalla húmeda para limpiar el suelo. Era casi un ritual, una rutina silenciosa que hablaba de su discreción y del orden que ambos mantenían en cada aspecto de sus vidas. Cuando todo estuvo impecable, se dirigieron al estacionamiento. La noche había caído completamente cuando subieron al auto. La ciudad resplandecía con luces de neón y faros de vehículos que se cruzaban en las avenidas. Mientras Heros conducía, Hestia apoyó la cabeza en el respaldo y desvió la vista hacia el exterior. A través del vidrio, observaba a las personas caminar por las aceras, algunas solas, otras en grupos, pero lo que más captaba su atención eran las familias. Madres y padres con sus hijos pequeños de la mano, algunos dormidos en cochecitos, otros brincando con la energía inagotable de la infancia.