Capítulo 161 El ardor

Después de aquel momento íntimo y apasionado en el sofá, Heros y Hestia permanecieron abrazados por unos instantes, disfrutando del calor y la conexión que los unía. Sin embargo, la necesidad de limpiarse los llevó a levantarse. Heros, con una sonrisa juguetona en los labios, tomó a Hestia en sus brazos con facilidad, demostrando su fuerza y cuidado. Ella se aferró a su cuello, riendo suavemente mientras él la llevaba hacia la ducha, como si fuera una novia en plena luna de miel. El agua tibia comenzó a caer sobre ellos, creando una atmósfera relajante y sensual. La habitación se llenó de vapor, envolviéndolos en una neblina cálida que parecía aislarlos del mundo exterior. Heros y Hestia se miraron, y en esa mirada había más que deseo: había complicidad, amor y una conexión que iba más allá de lo físico. Con movimientos lentos pero llenos de intención, comenzaron a limpiarse mutuamente, disfrutando de cada caricia y cada roce.