Capítulo 378 No hay escapatoria para ella
Al ver el aspecto de la Señora Salazar, la expresión de Melina permaneció tranquila, con una fría sonrisa dibujada en los labios. La señora Salazar vio la escena, observando la ausencia de los miembros de su familia. En lugar de sentirse triste, un destello de entusiasmo se encendió en su interior.
Su hermano Haroldo la visitó en silencio el día anterior, transmitiéndole un mensaje en el que le decía que no tuviera miedo. dispuso que unos mercenarios organizaran un rescate cerca del campo de ejecución. Cuando llegara el momento, lo único que tenía que hacer era escapar en medio del caos y huir a Rusia, donde la policía no podría tocarla. La Señora Salazar escrutó a la multitud una vez más, y su entusiasmo disminuyó al no divisar a Donovan y Liberio.
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