Capítulo 37 ¿No hay esperanza?
Media hora más tarde, Melina terminó de examinar el cuerpo de Zirán y le aplicó acupuntura en varios puntos. Su pulso era peor de lo que ella esperaba. Además, sus dolores de cabeza crónicos y profundos eran el resultado de la ingestión prolongada de sustancias tóxicas, y no se trataba de un solo tipo de droga.
Eso significaba que más de una persona de la Familia Salazar lo quería muerto. Zirán en realidad no se llevaba bien con la Familia Salazar. Incluso el cuerpo del que se enorgullecía no estaba en las mejores condiciones. Al ver que Melina lo miraba con simpatía, Zirán no supo qué decir. Melina le acarició con suavidad el hombro, transmitiéndole consuelo en silencio.
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