Capítulo 128 ¡Cariño!
Melina, que había estado fingiendo dormir, abrió los ojos de golpe al oír la palabra «Cariño». Gabriel, con los ojos muy abiertos, estuvo a punto de frenar de golpe, optando en su lugar por reducir la velocidad.
«¿En serio ese viejo pervertido acaba de llamarla “cariño”? ¿Qué tipo de situación tan complicada había dado lugar a un apodo tan dulce? ¡Este tipo espeluznante en definitiva está coqueteando con Melina! ¡Asqueroso! Pero sigue siendo una niña. Menudo psicópata».
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