Capítulo 170 Preparados

Cuando miraron por la ventana, el familiar aullido del viento del norte que solía acompañar a esas noches no aparecía por ninguna parte. En cambio, la noche era inquietantemente tranquila y no había copos de nieve bailando en el aire. ¿De dónde demonios venía ese rumor de ventisca? Cualquiera podría decir que era una mentira descarada. —Abuela —dijo Gabriel, rompiendo el silencio—, la posición del Señor Salazar es demasiado estimada para nuestra humilde morada. No debes insistir. Sólo conseguirás que se sienta incómodo.