Perdida en sus pensamientos, escuchó cómo la manija de la puerta giraba con suavidad y Alejandro entró en la habitación al siguiente instante. Cuando sus ojos se encontraron, él se quedó por un momento sorprendido. Tal vez no había anticipado que Victoria se despertara tan temprano y se quedara en la habitación, pero ahí estaba ella, sentada en la cama con su teléfono.
Después de haber cerrado la puerta detrás de él, se acercó a la cama y se sentó en el borde.
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