Cuando Victoria entró en el auto, notó que el asiento del pasajero estaba vacío, así que decidió sentarse ahí sin más preámbulos. En un inicio, se suponía que era el asiento de Elio. Así que, cuando el conductor la vio sentada ahí, miró a Elio.
—Señorita Selva, no es seguro sentarse en el asiento delantero. ¿Qué tal si…?
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