Estaban a punto de ir al hospital, pero Victoria se despertó mucho antes de que llegaran allí.
Estaba parpadeando para disipar el aturdimiento cuando se dio cuenta de que estaba acostada en el coche con la calefacción a tope. Sin embargo, Teodoro, que estaba sentado delante, seguía completamente empapado. Aunque su mente no estaba del todo despierta, ya le había escuchado estornudar y resoplar por el frío varias veces.
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