—No es que sea reacia a retirarme —replicó Victoria por instinto—. Es que estoy ocupada con el trabajo. La empresa necesita funcionar, y el desarrollo requiere encontrar inversiones. El señor Pol solía ser directivo en una gran empresa, y el Grupo Calire es sin duda la mejor opción. Además, ya lo he dejado atrás; ya no me importa. Entonces, ¿qué hay de malo en colaborar? No me afectará. ¿Se supone que debo huir cada vez que me lo encuentre en Jarillo?
—¿Es así? ¿Estás segura de que ya no te afectará?
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